Este mes de febrero es el mes de las manchas. En Bloom Institute te contamos como podemos prevenirlas y eliminarlas, ya que es una problemática que nos preocupa a muchas de nosotras e incluso puede llevarnos a un problema de autoestima que nos afecte socialmente. Y es que no solamente aparecen con la edad, sino que pueden venir causadas por múltiples factores, como son los rayos solares, el acné, u otros factores externos de los que hablaremos a continuación.
¿Por qué me salen manchas?
Pues bien, la piel se oscurece porque aumenta la melanina, que es un mecanismo de defensa de nuestro organismo para protegernos de los factores externos e internos que pueden dañar nuestra piel.
El principal factor externo de envejecimiento cutáneo y aparición de manchas es la exposición a los rayos solares. El daño por la exposición prolongada y la exposición diaria a los rayos UV, así como a la luz azul de los dispositivos electrónicos, pueden suponer deterioros en la piel difíciles de eliminar. Por ello, se recomienda utilizar diariamente crema solar, independientemente de la estación en la que nos encontremos, ya que nos ayudará a prevenir su aparición.
Un factor interno a destacar es el acné. En este caso las manchas aparecen a causa de una híperpigmentación post inflamatoria, que estimula la excesiva síntesis de melanina.
Pero es importante saber que no solo las radiaciones solares o las alteraciones hormonales son las causantes de que tengamos manchas, sino que estos cambios también están relacionados con otros factores, como puede ser la toma de algunos medicamentos, la predisposición genética… o simplemente por propio envejecimiento de nuestra piel.
Conforme vamos cumpliendo años, es habitual que empiecen a manifestarse los primeros signos de envejecimiento en la superficie de la piel. Vamos perdiendo luminosidad, y la edad se va marcando en nuestros rostros como consecuencia de la pérdida de colágeno, elastina y ácido hialurónico, tres componentes imprescindibles para mantener nuestra piel joven.
¿Cómo prevenir la aparición de manchas en la piel?
No existe una fórmula mágica, ni el elixir de la eterna juventud para frenar el envejecimiento, pero si hay algunas cosas que podemos hacer para ralentizar este proceso. Como comentamos en el punto anterior, para evitar la aparición de manchas prematuras, es recomendable limitar la exposición al sol, aplicar durante todo el año protección solar, productos antioxidantes y mantener una buena hidratación a nivel interno de la piel.
También, a nivel estético en Bloom Institute recomendamos realizarse tratamientos para ayudar a prevenirlas, ya que una vez se manifiestan, son más difíciles de eliminar. En este punto, queremos destacar que las manchas se tratan, no desaparecen, ya que una persona que tiene esta predisposición es porque sus melanocitos están alterados. Así, siempre vamos a tener que estar cuidando que no se alteren, y será primordial hacer mantenimientos periódicos para que esta melanina no vaya a más, y la mancha vuelva a aflorar.
¿Todas las manchas son iguales?
No todas las manchas son iguales, existen varios tipos de manchas en función de su origen y aspecto. Entre las más habituales encontramos las siguientes:
- Lentigos: son un tipo de mancha irregular que oscila entre diferentes tonalidades de color marrón. Su aparición es consecuencia directa del fotoenvejecimiento, y suelen aparecer en la cara, cuello y manos, ya que son aquellas zonas que más exponemos al sol.
- Melasma: estas manchas suelen ser de color claro u oscuro, y aparecen normalmente en la frente, los pómulos y alrededor de la boca. Suelen aparecer por cambios o alteraciones hormonales, por eso se las conoce también como las manchas de las embarazadas (Cloasma).
Antes y después del tratamiento de Manchas Melasma:
¿Cómo podemos tratar las manchas?
En Bloom Institute utilizamos numerosos métodos para tratar las manchas. En este punto es súper importante realizar un buen diagnóstico para saber qué tratamiento se tiene que aplicar, ya que este dependerá del tipo de mancha, del factor por el que se ha ocasionado, de su profundidad y del tipo de piel.
Por ejemplo, los Lentigos se tendrán que atacar con distintos tratamientos que un Melasma. En todos los casos conseguiremos resultados visibles, aunque dependiendo de cómo esté la piel, si está deshidratada, dañada, etc., el resultado no será tan notorio ni la piel quedará del todo unificada. Por esto queremos remarcar la importancia de una buena hidratación y de hacerse cuidados periódicos.
Antes y después del tratamiento de Manchas Léntigos:
En nuestro centro disponemos de los mejores tratamientos de vanguardia para poder tratar las manchas con la mejor efectividad posible. A continuación os contamos un poco en que consiste cada uno de ellos:
- Láser azul: nos permite eliminar las capas superficiales de la piel para reducir de manera permanente la pigmentación de las manchas.
- Láser Q Switched: ayuda a unificar el tono de la piel y aportar luminosidad
- Cosmelan: es un tratamiento multidisciplinar que combate la pigmentación y reeduca a la piel para que no se desequilibre la creación de nueva melanina.
- Combinación de ácidos: hacemos una mezcla de los ácidos más especializados para despigmentar la piel y corregir el fotoenvejecimiento.
- Fire & Ice: tratamiento correctivo de todas las imperfecciones de la piel, trabaja de manera efectiva y progresiva en la despigmentación de las manchas.
Y es que puede que ahora tengas una piel radiante y luminosa, pero los años pasan para todo el mundo y la piel tiene memoria. Esto significa que lo que hagas mal hoy, te puede pasar factura mañana. Por lo que te recomendamos empezar des de ya a tratar las manchas, con cuidados periódicos en cabina pero también en casa. Desde Bloom Institute te ayudaremos a cuidar tu piel en cabina y en casa con productos antioxidantes y despigmentantes que inhiban la producción de melanina. Si lo que quieres ver son resultados duraderos y efectivos, en Bloom Institute estaremos encantadas de ayudarte.
¡Este mes nuestros tratamientos para manchas están a un precio muy especial! ¿Te lo vas a perder?
Más vale prevenir que curar, ¿no crees? 😉
